Dieta para adelgazar ¿Por dónde empiezo?

dieta y perdida de peso

Dieta para adelgazar y cambiar de hábitos

¿Por dónde empiezo cuando quiero seguir una dieta para adelgazar?

La mayoría de nosotros nos hemos sentido perdid@s al buscar una dieta para adelgazar cómo cuando estamos en alguna relación que no sabemos hacia dónde va, en un puesto de trabajo exigente o en una situación difícil de gestionar. Esta sensación de falta de respuestas también aparece una vez hemos decidido mejorar nuestra alimentación y nuestro estado físico.

En las distintas fuentes (redes sociales, televisión, amigos y familiares) hay demasiada información acerca de qué es la buena alimentación. Asimismo, muchas de estas fuentes se contradicen entre sí: que si el ayuno intermitente es la clave, que si la fruta engorda, que si los huevos son malos para la salud, que si la solución está en la dieta cetogénica…

No hemos tenido la asignatura de comer saludable y con esta cantidad de información nos sentimos desinformados hasta ni siquiera saber, en muchas ocasiones, qué es verdad y qué no.

Podrías estar en el caso de tener claros los conceptos básicos de en qué consiste una alimentación saludable pero ¿por dónde empezar?

Quizá solamente te falta trazar un plan para poder conseguir tus objetivos. O puede que  ya hayas trazado ese plan por tu cuenta pero tienes la sensación de que no estás avanzando como te gustaría hacia tu objetivo y no sabes qué puede estar fallando.

¿Ya has tomado la decisión de pedir ayuda antes?

Quizá la experiencia no resultó según esperabas y te dieron una “dieta” con la que pasabas hambre y pensaste que no valía la pena, que era demasiado sufrimiento.

Quizá, simplemente, no era tu momento.

Cultura de dieta, corto plazo y expectativas irreales

 ¿Hay que sufrir para adelgazar?

Hablemos honestamente: escuchamos la palabra “dieta” o «dieta para adelgazar» y la relacionamos con comer poca cantidad  y poca variedad de alimentos que nos desagradan.

Además, pensamos en las tantísimas personas que conocemos que, después de padecer durante algunas semanas la tortura de estar “a dieta” o “a régimen”, volvieron a los mismos malos hábitos de siempre.

Hablemos (incluso más) honestamente: estas dietas para adelgazar muy restrictivas y poco individualizadas que no tienen en cuenta nuestros objetivos personales ni nuestros gustos alimentarios se enfocan en el resultado a corto plazo.

¿Cómo podemos pretender perder en 3 meses los 15 kilos que hemos ganado a lo largo de 3 años? ¿Es eso realmente lo que buscamos? ¿Se puede conseguir? ¿A costa de qué? Y si se consigue, ¿será posible mantenerlo en el tiempo?

No es un secreto: vivimos en la era de la inmediatez.

Todo lo queremos para ayer y de la manera más fácil posible.

A veces no somos realistas con las metas que deseamos alcanzar y, lo que es más grave, pretendemos un cambio de hábitos o de pérdida de peso que de forma tan radical y en tan poco tiempo puede no ser saludable. A esto se le añade que en el momento en que adoptamos estas expectativas irreales estamos creando una futura frustración y una gran probabilidad de abandono del proceso de cambio  que con tanto esfuerzo habíamos iniciado.

De hecho, y en el peor de los casos, como no hay aprendizaje ni un cambio de hábitos real, la historia se puede volver a repetir…Un día volvemos a querer cambiar. De nuevo, nos creamos expectativas irreales; volvemos a usar las mismas herramientas que no nos han servido antes; volvemos a sentirnos a disgusto; abandonamos otra vez. Como resultado sentimos más frustración y tenemos más pruebas que nos confirman  que el cambio no es posible. Nos sentimos  más a disgusto. Más a disgusto. Cada vez más a disgusto.

Es, desde luego, un ciclo tóxico que solamente podemos romper con la ayuda adecuada.

¿Qué necesito hacer diferente para obtener un cambio real y verdadero?

Necesitas contar con un plan individualizado que se adapte a ti. No puede ser al contrario. No tiene sentido que haya una dieta para adelgazar general ideado por alguien que no nos conoce al que nos tengamos que adaptar. Y es que cada uno de nosotros somos un mundo ya que provenimos de distintos contextos, experiencias y aprendizajes así como también tenemos distintos objetivos y hábitos diferentes.

Este plan individualizado se debería centrar, por un lado, en la educación nutricional. Gracias a esta aprenderemos a comer saludable según nuestras necesidades y a gestionar los retos que nos suponen situaciones cotidianas que no están en un simple menú de una dieta como, por ejemplo, planificar y hacer la compra de forma saludable, salir a comer fuera o ir de vacaciones.

Por otro lado, tu plan debería estar enfocado en el cambio de hábitos que te ayudará a mantener esos métodos y rutinas saludables. Entenderás que es muy importante focalizarnos en los resultados a largo plazo: sale a cuenta conseguir mi objetivo en ocho meses en lugar de en tres meses si está garantizado que lo voy a poder mantener durante el resto de mi vida. Además, tendremos mucho más margen para ser flexibles, no pasa nada si nos salimos un día del plan y nos comemos una pizza. Podemos aprender a disfrutar de ello sin remordimientos. De hecho, esto forma parte del plan. Esta flexibilidad ayudará a lo que considero clave en cualquier plan nutricional para que los cambios se mantengan en el día a día y se adapten a nuestra vida: la adherencia.

Está claro que no existe el momento perfecto para cambiar porque el cambio es difícil e incómodo. O quizá sí que existe el momento perfecto. Quizá el momento perfecto es ahora. Empieza. Si crees que necesitas ayuda trazando y ejecutando el plan no dudes en contactar y contarme tu caso. Date una oportunidad. ¡Cree en ti!

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *